sábado, 9 de junio de 2012

GÉNESIS

Génesis
Bajó una estrella para convertirme en astro. No quiso llevarme por miedo a que todos supieran: las estrellas son aliens que vienen a llevarse a la gente y la convierten en luz artificial. La estrella no tenía 5 ni 6 ni 7 picos, era  una gran bola de luz y el brillo me quemó las pupilas, me quedé ciega; olvidé los rostros de la gente de tanto no verlos y le pedí a la estrella que me inyectara en el cerebro un poco de la gente que me quiso: vi a 3 que yo no conocía. Descubrí que el dolor huele a quemado, porque  se incendia cada órgano empezando por el corazón;  descubrí que las lágrimas primero apagan y después ahogan. Con mi cabello transparente logré ahorcar a los enanos que venían mintiendo ser mis hijos,  yo no tengo hijos porque nunca tuve sexo y no soy tan buena como para ser otra virgen María; nunca tuve sexo porque no tengo sexo,  porque no sé quién soy y estoy ciega para aclarármelo mirándome en un espejo,  el hijo de dios no nacerá en mí, yo no cuidaré de esos enanos muertos. Tuve una mascota que me lamió los ojos con una lengua fluorescente que hirvió a los 200 grados centígrados e hirvió en mi garganta hasta  que despertó a mis ojos, dijeron que en este globo no había nada más que ver y volvieron a cerrarse. La última marea me trajo unos ojos nuevos que me colgué en el cuello,  entonces solo podía ver el pecho de la gente,  aprendí a leer el pecho por sus heridas como quien lee la mano por sus líneas, tanta gente herida que mis ojos nuevos también se cerraron. Ahora voy a tumbos por un callejón,  una pared está hecha de  silencios y la otra de gritos callados, hermanos. Al final del callejón hay una película que proyectan en la única pared blanca que quedó en el mundo, la escucho muy atenta y reconozco las voces de quienes no me quisieron, son muchas y me confundo, ellos tampoco me ven porque quedaron atrapados en el pasado de una vida que no comenzó. Vuelvo a pensar que mis piernas sirven para agrietarme cualquier camino, abiertas son llave universal;  la oscuridad mató a los prejuicios y todo es válido si quiero atravesar la pared blanca. Soy inhumana desde que salí de las fauces de una estrella demente y mi cordón umbilical fue la cola de un cometa que pasa cada 300 años y tengo 300 palabras que no quiero decir,  300 espacios vacíos en mi cuerpo que voy llenando con poemas. Voy a tirarme a mitad del cielo para demostrar que la vida es flotar y colgarse del cielo a una mano,  que no hay ecuación más sencilla que la que tiene como resultado al hombre y es resuelta por el hombre, porque en ningún vientre humano nacerá otro hijo de dios.
thl

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