lunes, 7 de abril de 2008

En Familia

En familia

Bórdame hermosas lentejuelas en el alma,
mil destellos de colores,
que hay:
insomnios apagados,
dolores exprimidos.

Mete en mis bolsillos los recuerdos
de la infancia
añoranza
espejismo.

Necesito sonreír
como una madre al nacimiento
de su vida reencarnada.

Necesito unos ojos menos húmedos
un abrazo de mi padre,
la sonrisa de mi madre,
las nalgadas de la abuela.

Los misterios en casa se agudizan con el frio,
las palabras obscenas las decimos muy debajo de la mesa
en los platos de comida;

indiferencia aplastando los regaños
que no existen ya desde hace algunos años,
cuando la más pequeña olvidó aquello de ser virgen
y la grande se derrota con fortuna;
se hace nueva entre sus brazos...

y los demás… cuando existan,
regalarán más reproches.

Pero la familia aun existe,
bajo las sábanas,
bajo manteles,
de a mentiritas y haciendo trampa,
como jugando al escondite.

Mi hermana y yo nos escondemos
entre la niebla del silencio
que ha causado la vida, esta vida, nuestra vida.
Mi hermana se sienta en su columpio
al fin se ríe,
mientras lo haga no la bajaré
aunque me quede aquí parada
sólo tres años, o cuatro.

Entre familia no platicamos
contamos todo a todos los demás
pero aun existimos:
en la paz de nuestros sueños,
en el almuerzo de sermones,
en las lágrimas de las fotografías…
Mientras existamos seguiremos siendo.

thalia