martes, 13 de mayo de 2008

lluvia


no hay nada peor que un día de lluvia y secos los
pies....

thl

domingo, 11 de mayo de 2008

Conciencia

Conciencia.

Sopor distando distancia entreverada
enredada en la frontera de humedad y sequia,
virtudes escondidas en el aire para superar madejas
de sueños vertebrados
que han roto todos sus huesos.

Con eso tenemos nosotros,
los que al invierno esperamos
con nueces en los bolsillos
con canciones tan solitas que nos pegan su amargura
y lloran…
hasta atascar las coladeras, de la casa, de la calle;
y caemos… y no nos levantamos,
arrastramos la corbata,
con saliva la limpiamos;
se dice tanta tontería:
para aparentar locura y terminar barriendo lucidez,
ocuparla de agujeta de estos tenis apretados
y notar que mi conciencia
está gastada, no funciona.



Equilibra falacias sucias
confundiéndolas con bondades perdidas
y mis actos se convierten,
uno a uno en basura.

La conciencia que planeamos
allá atrás en el infierno,
cuando no éramos añoranza de una madre,
flota con pecados como alas:
no vale seguir andando
cuando pies con grietas negras
deciden ir hacia atrás
y en el suplicio de fuerzas ahogadas,
me muerdo las uñas,
las guardo bajo la almohada
donde dios no las encuentre
y me reprenda con más infierno.

Haciendo planes erróneos
que sepamos fallarán,
porque la conciencia pesa
se cayó de mi cuerpo y me persigue en las mañanas,
con sus piernas de colores;
con olores
a tristeza, a delirio y humedad.

Y me hago daño dándole vueltas a la tiniebla
pensando en lo ajeno,
pensando en matarle,
hacer una fiesta de tantas mentiras
las que me asegura…
a veces intento
embarrarle en la cara la verdad que he encontrado;
que quiero pensar olvidó,
y no que quiso quemar.

Es que el amor es un lodo
que se pega en los pies cuando uno va pasando,
el amor es un mestizo heterogéneo
que no sabe que no existe
y se empeña en existir.
El amor que ha crecido con mi lengua
es bastardo
lleno de cualquieras, de cualquieras…
y lo que me quede de conciencia
que esté consiente
que todo es por amor…

Y basta de palabrería
que habrá que poner a pensar
a las plantas
que piensan más que mis padres
y regalan verde a cada noche,
le roban todo el azul al infierno
y le.. y le… y le….

Tantas cosas he olvidado
que termino por recordarlas,
el olvido es de los años
no de gente como yo.

Entre tanto que perdiste
malgastaste sentimiento,
mejor era la erosión
o barrido por el viento


Vamos a olvidarlo todo
a guardarlo en bolsas negras
y sobre ellas la humildad
y sobre ella los errores,
coloreados de conciencia
rellenos del inconsciente
…sabemos que volverán.

Thalia García Bustamante