Una perla.
Te amo con la fuerza de mi respiración agitada,
cuando el universo colapsa
y solo me sostiene el roce de tu piel.
Te amo en los incendios,
en las llanuras;
en la profundidad de tu ausencia:
honda, oscura y abismal como una cueva.
Te amo en el insondable río al que nos arrojamos de la mano.
Amo tu nombre,
tu pecado,
tus ojos cuando se ahogan los días;
amo tu corazón que es una perla.
Thl
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